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Foto del escritorÁngel Fabián Iza

La Semilla Campesina en Latinoamérica

Actualizado: 10 jul

Los domingos me fortalece subir a la montaña sagrada Ilaló, un volcán apagado en medio de dos valles (Tumbaco norte y Los Chillos sur) con una vista espectacular a la Hoya del Guayllabamba por donde cruzan ríos (San Pedro, Chiche, Pita) que albergan comunidades históricamente agrícolas; y, cómo no van a ser agrícolas, cuentan con un sistema de agua camuflado en ríos, quebradas, azufres, canales de riego y vertientes dulces. Tal es la fuerza del agua que a su paso irrumpe en lo espeso de la vegetación, saltando desde cuantas cascadas se presenten. Tal será su presencia que enormes cañones escoltan el correr de los años, correr que nace en parte del deshielo de un nevado, que se lo ve a lo lejos, majestuoso. Desde otro volcán, apagado dicen; pero yo no creo, porque cuando en lo más oscuro de la noche vez luces destellar en el cielo, mi abuela decía que están jugando: El Ilaló y el Cotopaxi.



De esta montaña hay muchos mitos, leyendas y cuentos que viajan en la memoria de los comuneros y comuneras de estas agotadas parcelas[1],  adultos de la segunda y parece que última generación de agricultores. Resistentes a dejar la tierra y su profesión desvalorizada. Sabedoras y sabedores como Lucrecia Atahualpa, mujer de 78 años que vive en la montaña, siembra en la cima, lleva el apellido de un Cacique Inca y conserva las últimas semillas de Morocho Amarillo[2]. Una semilla dura de maíz, que guarda información genéticamente y cultural: dieta diaria en los años 50’s para niños y niñas caminantes de largos trechos, corriendo a sus dobles jornadas escolares. Hoy hecho adultos, esos sabores también van envejeciendo; olvidando su sabor y dejándolo como leyenda. Mitos y leyendas, que antes de desaparecer se congelan en este blog. 


Las historias rurales tienen esa mágica y rica narrativa, captan la atención de quienes añoramos esa vida rural donde nacimos. Escuchar de las abuelas historias es el paso previo a convertirse en leyenda, como “La última semilla del Mashcasango”, hilo conductor e introducción del curso lúdico y virtual, Ejemplo de oportunidades para el sector campesino: Semillas. Módulo que lo desarrollé desde la Sierra Andina desde mi experiencia y conocimiento como CEO de este “Mundo Mágico Andino” CREANDINO para el Instituto Para el Desarrollo Rural de Sudamérica (IPDRS).


Es una doble tarea: virtual y lúdico. Para cumplir este reto nos bosquejamos captar la atención del usuario con la mediación pedagógica de un puppet (títere) dedicado a la mujer campesina guardiana de semillas, de las últimas semillas y sabores de esta gastronomía rural con memoria, representante de una profesión soberana para la vida rural: la agricultura.



Así se configura la estructura metodológica de enseñanza que, en el marco de este Curso Virtual, CREANDINO (Laboratorio de Innovación Rural) ha diseñado exclusivamente para el IPDRS, sosteniéndolo en un marco teórico basado en la Edu-Comunicación[4],  metodología liberadora con énfasis en territorios rurales.  


Las primeras sesiones están enfocadas en diferenciar la Semilla Campesina, y reconocer antecedentes y valores rurales: Semilla campesina, Conocimiento Ancestral, Gastronomía y Turismo Rural. Ejes prácticos que provoquen identidad territorial en cada participante, motivar un escenario creativo para pensar en ideas y alternativas no agrícolas de innovación con la semilla campesina. 



Las segundas sesiones nos involucran en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales (DDC) o UNDROP[5] en Inglés con los artículos y perfiles de derechos que permiten argumentar casos reales y orientar oportunidades no agrícolas a los campesinos y las campesinas que viven en sectores rurales de Latinoamérica. Cuatro capítulos sobre: Agricultura Regenerativa, Ferias Agroecológicas, Innovación en Gestión Comunitaria; y Estrategias de Participación. Orientados y ubicados de tal forma que se complementen con los temas tratados en el primer módulo; y provocar la reacción a la fórmula: Creatividad + Conocimiento (Derechos).   



A este curso aportamos nuestro caminar y conocimiento adquirido en el ámbito de la Comunicación para el Desarrollo o Cambio Social durante 20 años, con el compromiso e identidad a la gestión rural que desarrolla el IPDRS a nivel Latinoamericano. el curso aporta integralmente a combinar los conocimientos heredados con posibles ideas de emprendimientos rurales, alimentando este diálogo virtual con experiencias y visión propia. Hemos llegado a la conclusión que mientras más empoderados de la gestión creativa con la semilla campesina, aportamos en la luchar contra el cambio climático y social desde los territorios más alejados de las consumidoras ciudades; desde la ruralidad de América Latina contar con una herramienta de innovación: la Declaratoria de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y Campesinas y otras personas en zonas Rurales.


 

[1] La entrega de tierras a las Comunas fue un proceso previo a la Reforma Agraria en este país. La necesidad de tierras para sembrar permitió que el Estado adjudicara “parcelas” para uso agrícola en la montaña.

[2] La Leyenda de la “Última Semilla del Mashcasango”. Blog: www.creandino.com

[3] Video corto que se comparte en un sitio web de una red social, generalmente dura un día.

[4] Paulo Freire es considerado como uno de los más insignes precursores de la educomunicación por su intuición investigativa que nace en la praxis educativa, la convergencia entre el campo de la educación y el de la comunicación.

[5] United Nations Declaration on the Rights of Peasants and Other People Working in Rural Areas (UNDROP)

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