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CLAUDIA

Actualizado: 9 mar. 2021

Una mujer sola en el escenario, no es una mujer ausente; es una mujer que está organizando los libretos, ordenando los posters, cosiendo los títeres. Es una mujer, como ellas, como aquellas que, ante las circunstancias en el camino, en el destino; la obligaron a salir de donde siempre estuvo, detrás del escenario. Mujer creativa, creadora, constructora y contestona; mujer de un único hombre y de cientos de personajes sin oreja.

Mujer de género abrigado y como otras mujeres de sentimientos encontrados. Mujeres la obligaron también a levantarse, iluminarse en el escenario, aferrase al diseño y detalles del guion, en las voces y el lipsing, en la creación del títere y el personaje. Creación que estuvo en el silencio, o simplemente no hacía falta mencionarlo.


Y la obligaron a levantarse, explorar otros escenarios virtuales y deslumbrar con su talante. Y en ese impulso y fuerza propia: levantarse y darle la mano a su pareja. Por amor inentendible, por ese amor incomprendido; pero amor. Amor con el que creó cientos y miles de hijos y personajes de tela, madera y cartón. De la mano con su comunidad artística y vecinal.


Hace 35 años empecé a verla, era mi infancia; y un carrito Andino se convirtió en el portador de mi imaginario, de los mitos y leyendas que se iban tejiendo en un diálogo permanente con la comunidad. Esa comunidad que vive alrededor de su Casa Hacienda y estancia de cultural y creación.



Como Doña Marcelina, la vecina que pasta sus vacas con Claudia, hierbatera que conoce de esta botica popular, de la rica vegetación en las quebradas y potreros del Ilaló. La vecina Matilde – que acaba de fallecer - que le contó todo sobre el terremoto de 1938; siente y vive la comunidad. O la ocasión que Don Pacho (músico religioso de Alangasí) le hizo llorar, en vivo. Con la música para los difuntos, con ese tono en su voz que provoca llorar; porque llorar limpia al alma, dice en la entrevista. Bueno, les hizo llorar, sí, porque lloró también Criss- Mosa, ¿Quién es ella? pues es la entrevistadora de un segmento dedicado a la memoria en la Revista Familiar ILALÓ MAGAZINE; sacándole al entrevistado – en su versión chismosa – la información que complementa una visita histórica a la memoria que tiene la comunidad: programa que cada domingo realiza este colectivo de artistas por RB RADIO.


En medio del aislamiento social por la pandemia, y de ese aislamiento personal por sus circunstancias, se levanta una figura femenina, contestataria, con una capacidad de resistir increíble: Claudia Monsalve, cofundadora “invisible” de la Rana Sabia.


Así llega a los Estudios de RB RADIO, una mujer como Claudia; que no se deja vencer y tiene una fuerza mágica que convoca creación; hicimos un coworking – aunque no entendíamos – pero nos sentamos entre varios, entre cercanos, entre vecinos y vecinas para co-crear. Ella se resiste a dejar los títeres, aunque personalmente pienso que es al revés. Sus personajes duermen en estanterías que ocupan 3 cuartos. Invalorables, por su contenido ideológico, mágico. Personajes que crecieron junto a miles de niños y niñas de nuestra comunidad del Ilaló; ¿Quién no recuerda de las visitas escolares?



Subimos unas gradas, que cantan y revelan los años de la madera; me lleva a su taller de títeres y juguetes. Claudia estudió diseño industria en Colombia, su país de origen. Con una dosis de mecánica me muestra como caminan sus juguetes, solos, con el impulso de la ingeniería; me muestra cómo giran los ojos de sus títeres, como escuchan sin orejas; y cómo del reciclaje nacen personajes con almas prestadas.


Mientras grabo una entrevista con “José Reportero”, veo que Claudia encierra una gran energía; es la maestra que tiene mucho más que enseñar; veo que con un lenguaje artístico dialoga, se identifica y mantiene una mirada profunda de la vida cotidiana rural. Claudia tiene la virtud de los años; de la sensibilidad de representar la ruralidad del Ilaló; de su mundo mágico donde vive y convive. Donde vivimos nosotros, donde estamos cambiando la economía local.


Por acá, estamos cocinando la Economía con Memoria, entre la leña, el horno, los helados, títeres y marionetas; acá, donde la intervención artística está transformando la economía del lugar. Y donde personajes como Claudia, tuvimos que conocer de crisis sociales, económicas, sentimentales, emocionales; para levantarnos con fuerza. Como hace 82 años nuestros abuelos se levantaron del terremoto del 9 de agosto de 1938, cuyo epicentro fue el Ilaló. Creo que aquel desastre natural, dejó una cicatriz profunda en nuestra memoria heredada, que juntarnos, colaborar, trabajar en procesos de desarrollo local, arte y comunicación; es parte de nuestra identidad.


Así es que somos, cientos de hijos que Claudia construyó. Nos prestó un alma, un corazón, nos dio memoria, y como la leyenda de Pinocho, nos dio vida para seguir reproduciéndonos en la comunidad, con amor. Con ese amor que sostiene la creación; y cuando ese amor duele, la creación es tan sensible, tan amalgamada en la comunidad.


Claudia, feliz día mujer!


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