LABORATORIO DE INNOVACIÓN RURAL

ANTECEDENTE

Empecemos contando sobre la incidencia de la comunicación local que conlleva procesos de participación, diagnóstico, diseño, seguimiento y ejecución de proyectos. Parecería más bien un modelo FODA, para el diseño de trabajo en equipo, institucional; pero no, es un modelo de Comunicación para el Desarrollo, único en la capital del Ecuador, y que lleva 20 años de incidencia en su localidad.

La práctica de trabajo colaborativo, siempre ha convivido en los sectores rurales; no se sabía del coworking, ni lo que significaba, pero entendíamos de la minga, la reunión de cabildos, el diagnóstico participativo, el taller de trabajo, son formas organizativas qe conocemos.

Coworking como tal, solo se escuchaba en la ciudad. Sin embargo, lo que siempre escuchamos repetidamente en los Planes de Desarrollo es eso de la fuga del conocimiento. Es decir: toda una generación de jóvenes que crecimos, buscando las mejores oportunidades de trabajar en la gran ciudad. Porque así nos contaron siempre los grandes medios de comunicación, y las Instituciones la gestión pública está diseñada para promover ese modelo de desarrollo –migratorio–, y aceptar que trabajar en la casa es artesanal.

El proceso migratorio es un fenómeno social que sigue concentrando a la población nacional en pocas grandes ciudades, cuya infraestructura administrativa brinda oportunidades y acorta otras; como la de una vida sana, mental e integral con el entorno original. Pero en la ruralidad –de donde nace este proyecto–, sucede todo lo contrario. Hay más salud mental pero no existe esta infraestructura de oportunidades.

La fuga del conocimiento es una tendencia de involución en las parroquias rurales; los jóvenes profesionales migran a las grandes ciudades y sus padres (adultos mayores) ven desolados cómo estos territorios se convierten en dormitorios. Esta centralizada movilidad se convierte en el primer factor de concentración de problemas cotidianos de servicios básicos, cogestión, contaminación.

Por ello, se vuelve necesario crear espacios en los cuales la comunidad se sienta identificada y sean verdaderos agentes de cambio. En este tiempo de tecnología y de un movimiento virtual acelerado, se pueden aprovechar mecanismos –y lo estamos haciendo– que nos permitirán llegar a públicos ávidos de productos diferentes y con contenidos que muevan y promuevan nuevos imaginarios y comportamientos.